Es la historia de una pequeña que vive con su padre. Ha perdido la figura de apego más importante, su madre, dejando un gran vacío en la familia. La muerte forma parte de la vida, pero resulta difícil hablar de ella. En el hogar hay tristeza, alejamiento, silencios. El vacío  acompaña a la niña todo el tiempo y le sostiene en los momentos de soledad y recuerdos. Un buen día observa que había florecido lo que juntas habían plantado en un maceta. A partir de ese momento surgen pequeños cambios en la niña y el vacío comienza a llenarse. El padre y su hija logran el acercamiento entre ellos a través de la lectura. Los dos entienden que su madre está en todas las cosas bonitas y siempre estará con ellos. Es un texto precioso que trata el duelo de una forma delicada y accesible para abordar con niños y niñas, acompañado de unas ilustraciones con tonos pastel muy definidas que lo hacen sumamente tierno.

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